En una emotiva ceremonia, cinco asistentes de la educación de la comuna de Queilen concluyeron sus carreras tras décadas de servicio en diferentes establecimientos educativos. La ceremonia, presidida por el alcalde Marcos Vargas Oyarzún y directivos de la Corporación Municipal de Educación, marcó la entrega de los bonos de incentivo al retiro voluntario a estas dedicadas trabajadoras.

Las beneficiarias de este incentivo fueron Rosa Coralia Calisto Ojeda, con 40 años de servicio en la Escuela Chilhué; Sonia Isabel Levin, quien trabajó durante 22 años en la Escuela Álvaro Vargas Miranda; Hilda de Lourdes Mansilla García, con 13 años en la Escuela Chilhué; María Gerónima Pérez Mansilla, también de la Escuela Chilhué con 30 años de servicio; y Sonia del Carmen Santana Ruiz, con 14 años en el mismo establecimiento.

Este programa estatal busca reconocer y apoyar a aquellos trabajadores que deciden retirarse después de largos años de servicio. El proceso, coordinado por el Departamento de Educación bajo la supervisión del alcalde, asegura que los trámites legales y administrativos se cumplan adecuadamente para garantizar una transición ordenada y justa para los retirados.

Sonia Levin y María Pérez, dos de las asistentes que recibieron el bono, compartieron sus sentimientos encontrados sobre esta nueva etapa. Ambas expresaron gran emoción y cierta nostalgia por dejar atrás las aulas y a los niños a quienes han enseñado y cuidado durante tantos años.

Al concluir la ceremonia, el alcalde Vargas Oyarzún agradeció profundamente a las asistentes por su compromiso y dedicación a la educación pública de Queilen y les deseó éxito y felicidad en su merecido retiro. Este acto no solo reconoce una vida de servicio, sino que también destaca la importancia de la labor educativa en la formación de futuras generaciones.