El sábado, a los 97 años, falleció en su domicilio en el sector de Chaildad, la maestra de paz del pueblo huilliche, doña María Domitila Cuyul Cuyul. Su deceso llevó al Municipio de Quellón a decretar dos días de duelo comunal, durante los cuales el pabellón nacional, la bandera comunal y la de los pueblos originarios fueron izadas a media asta en todas las reparticiones públicas de la comuna.

La figura de maestra de paz tiene un profundo significado cultural en el pueblo huilliche. Encargada de liderar ceremonias y rituales esenciales para la comunidad, Cuyul participó en rogativas marinas, guillatunes, nombramientos de lonkos huilliche y el We Tripantu o Año Nuevo mapuche, según destacó el Ministerio de las Culturas.

El alcalde de Quellón, Cristian Ojeda, expresó sus condolencias en un comunicado, señalando: “Ha partido dejando una huella imborrable en los corazones de su pueblo, siendo su legado y conocimiento ancestral un patrimonio intangible de inmenso valor”. Además, pidió al Todopoderoso consuelo para la familia de Cuyul y para quienes la veían como un referente ancestral.

María Domitila Cuyul jugó un papel clave en la revitalización cultural del pueblo huilliche a través de la organización Fütawillimapu y fue discípula del maestro de la paz Juan de Dios Cheuquean, quien llegó a Chiloé en 1935 para fortalecer la religiosidad de la comunidad.

En reconocimiento a su labor en la preservación de la cultura e idioma huilliche, fue distinguida como Tesoro Humano Vivo por el Estado en 2014, durante el gobierno de Michelle Bachelet. Dos años más tarde, la Gobernación Provincial de Chiloé gestionó la entrega de una pensión de gracia para la maestra de paz, en señal de gratitud y respeto por su incansable labor cultural.