Fundación VOA: Un Proyecto Familiar para Revitalizar la Tradición Musical de Chiloé

La recientemente formada Fundación VOA, creada por la familia Ojeda Álvarez, emerge como una promesa para enriquecer el panorama cultural y musical de Chiloé.
 
Bernardita Ojeda Álvarez, una de las figuras clave detrás de este proyecto, destaca su naturaleza profundamente personal y familiar. “Una fundación que crearon mis hijos, estoy apoyándolos a ellos,» explica Bernardita. El legado de su difunto esposo, un ferviente impulsor de la música local, sirve como una fuente de inspiración constante. “Toda la vida han estado ligados a la música gracias al incentivo de su papá, que hoy ya no está con nosotros, pero les dejó mucha enseñanza, mucho compromiso con la comunidad de Curaco, de Castro y de Chiloé en general,» agrega.
 
Carolina Rojas, miembro del directorio de la fundación, compartió detalles sobre las primeras iniciativas de la organización en Chiloé. «Esto está comenzando este año, por lo tanto, es un año de consolidación para nosotros,» indica Carolina. La fundación se enfoca en establecer una red de voluntarios, organizar una plataforma de recursos, y lanzar una escuela de verano para niños y jóvenes en Dalcahue, con planes de expandir a otras comunas. La visión a largo plazo incluye el desarrollo de prácticas artísticas y musicales, la preservación del folklore chilote, y la integración de nuevas formas de música con identidad local. «Ese es nuestro sueño, poder llegar algún momento a tener estos programas funcionando poder mirar con otros ojos el folklore para protegerlo, para cuidarlo, para revalorizarlo,» destaca Carolina.
 
Roxana Vásquez Ojeda, presidenta de la Fundación VOA, reflexiona sobre los orígenes del proyecto. Inspirada por el legado de sus padres, ambos profesores y apasionados por la música de Chiloé, Roxana ve la fundación como una continuación natural de su herencia familiar. «Planteando principalmente nace a raíz de muchas conversaciones familiares en nuestro entorno cercano,» explica. La fundación se embarca en su «Fase Cero», enfocándose en el voluntariado y la generación de reconocimiento comunitario. Roxana enfatiza la importancia de evolucionar y adaptarse: «No es un objeto de museo que la Fundación quiere rescatar y permanecer en el tiempo tal cual como se ha venido haciendo, al contrario, porque vamos transformándonos y todo esto va a ir cambiando,» afirma.
 
Más allá de su enfoque en la juventud, la fundación también planea involucrar a otros grupos etarios, incluyendo adultos mayores. «Hemos tenido experiencia trabajando a través de proyectos que se han hecho cierto, con clubes de adultos mayores que también ellos tienen mucho que decir,» señala Roxana, destacando el valor del diálogo intergeneracional.
 
La Fundación VOA se perfila como un catalizador para la revitalización y la innovación en la escena musical de Chiloé, honrando su rica herencia mientras abraza nuevas perspectivas y talentos emergentes.

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