Una alumna de 11 años de Liceo Aytué sufrió un colapso en su establecimiento educacional producto de un constante y sistemático bullying que se ha extendido por años. Así lo relató su madre, visiblemente afectada, quien exige medidas concretas y efectivas por parte del colegio para detener esta situación.

 

Según el testimonio desgarrador de la madre, los episodios de acoso comenzaron en cuarto básico, con agresiones que iban desde lanzamiento de objetos hasta el deterioro de sus pertenencias. Si bien hubo periodos de calma, el hostigamiento se reactivó en quinto básico con insultos y amedrentamiento.

 

La gravedad del bullying llegó a tal extremo que el gastroenterólogo que atiende a la niña diagnosticó una úlcera gástrica producto del estrés generado por el acoso.

Tras un periodo de licencia médica, el regreso a clases significó la reactivación del calvario para la estudiante, con agresiones verbales aún más hirientes. La desesperación de la madre llegó a su punto máximo hoy, al presenciar cómo su hija era trasladada en camilla dentro del colegio. «Para mí como mamá me duele mucho en el alma. Porque ya es mucho», expresó con angustia.

 

María Trujillo, quien traslada a la niña en el furgón escolar, se mostró igualmente dolida y confirmó que la menor nunca ha sufrido acoso en el transporte. «Al contrario, todos los niños se quieren sentar con ella», afirmó.

 

Trujillo hizo un llamado a los padres del curso a reflexionar sobre sus propios hijos y a la comunidad educativa en general a estar más atentos a lo que ocurre en los recreos, incluso instando a los docentes a dejar de lado sus teléfonos móviles durante esos momentos.